AVC: Hay mucha mitología alrededor de “La Tiendita de los Horrores”. ¿Es verdad que apostaste que podías hacer una película en menos de tres días?
RC: Sí. La hice en dos días y una noche de exteriores. Fue hecha por diversión, para ver si podía hacerlo. Quedaban unos sets en pie en un estudio en el que tenía mi oficina, y eran un lindo set principal y dos sets secundarios, y estaba almorzando con el manager del estudio y le dije: “si me dejás esos sets armados un par de semanas, me gustaría venir y ver qué puedo filmar en un par de días.” Y él se rió y rió, y dijo “Nadie va a alquilarlos. Los dejamos como están y podés hacerlo”.
AVC: ¿Qué tan arduo fue el plan de rodaje?
RC: No fue arduo porque fue divertido. Nadie se lo tomó en serio y creo que esa es una de las razones por las cuales resultó tan cómica. Teníamos un guión gracioso y los actores iban agregando diálogos mientras la hacíamos. ¿Cómo pude hacerla en dos días y medio? Dos días, en realidad… Las secuencias nocturnas fueron algo completamente separado en otra noche. Según las reglas del Sindicato de Actores, el cache mínimo de un actor por cinco días es un poquito más que por dos jornales. Entonces contraté a los actores por cinco días y ensayamos en el set lunes, martes y miércoles, y luego fuimos el jueves y el viernes con la película exhaustivamente ensayada – la película más ensayada que hice. Era el tipo de rodaje que empezábamos a las 8 de la mañana y 8:30 el asistente de dirección estaba gritando “Estamos fatalmente atrasados”.
AVC: Tomaste LSD para prepararte para dirigir “The Trip”. ¿Qué recordás de esa experiencia?
RC: Fue una experiencia maravillosa. Fui a Big Sur – recuerdo que Timothy Leary me dijo “Andá a algún lugar lindo con gente que conocés y tratá de tomarte el ácido en ese ambiente” – así que fui a Big Sur y era el tipo más normal en un grupo bastante salvaje, así que cuando la gente escuchaba que yo iba a tomarlo, muchos otros evidentemente sintieron que “Si Rog puede hacerlo está bien. Vamos a probar también”. Había una caravana de autos yendo a Big Sur, y de hecho tuvimos que armar un cronograma para decidir quién estaría de ácido mientras una persona lo cuidaba, quién era la persona sobria para asegurarse de que nada saliera mal. Hicimos el equivalente de un plan de producción.
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